Apple está considerando aumentar los precios de su próxima línea de iPhones este otoño, pero busca evitar que la medida se relacione directamente con los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones procedentes de China, donde aún se ensamblan la mayoría de sus dispositivos, informó este lunes The Wall Street Journal.

Pese a que Washington y Pekín acordaron una reducción temporal de aranceles, las importaciones chinas seguirán gravadas con un impuesto del 30%, lo que continúa afectando a compañías como Apple, una de las más expuestas a las tensiones comerciales entre ambos países.

Las acciones de la tecnológica subieron 7% antes de la apertura de los mercados, impulsadas por el optimismo tras el acuerdo comercial parcial entre ambas potencias.

Según analistas, el aumento de precios ayudaría a Apple a contrarrestar el impacto de los aranceles, que le generaron cerca de 900 millones de dólares en costos solo entre abril y junio. La empresa ha comenzado a trasladar parte de su producción a India, desde donde ya abastece la mayoría de los iPhones vendidos en Estados Unidos.

Aunque el modelo más básico del iPhone 16 debutó a 799 dólares, proyecciones de Rosenblatt Securities estiman que su precio podría alcanzar los 1,142 dólares, un alza de hasta 43%.

Apple planea introducir nuevas funciones y un rediseño ultrafino que podrían justificar el alza. No obstante, los analistas advierten que un aumento sustancial en los precios podría reducir su cuota de mercado frente a competidores como Samsung, que han ganado terreno con funciones de inteligencia artificial más avanzadas.