Muchos se preguntan ¿a qué obedecen las constantes visitas que el presidente Calderón realiza a Puebla?
Si bien es cierto que hoy uno de sus correligionarios gobierna la entidad y eso hace muy diferente la relación entre el Ejecutivo federal y el estatal, de cuando en Puebla gobernaba Mario Marín, hay quienes quieren ver un trasfondo en las ya seguidas visitas del jefe de la Nación a la entidad.
Hay quienes ven en esto la necesidad del presidente Calderón de voltear a Puebla y ver en Rafael Moreno Valle Rosas a un posible aspirante de Acción Nacional a la presidencia de la República.
Todos los que están más o menos enterados del mundo de la política saben que el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, es quien se maneja como el “delfín” del presidente. No hay foro importante en donde Cordero no esté presente, incluso sea el único que dirija un discurso o un mensaje.
La exposición natural y el constante apoyo que el titular del Ejecutivo federal le brinda a su secretario de Hacienda, lo hace ver a los ojos de todo mundo como el candidato del PAN a la presidencia de la República. El propio gobernador de Puebla ha cobijado a Cordero en cada una de sus visitas y de todos es sabido que cuando vino a la ciudad —hace casi mes y medio— en calidad de aspirante para convivir con el panismo poblano en las Bodegas del Molino, fue la propia Secretaría General de Gobierno la que operó el evento para que “el delfín” pudiera sentirse cómodo.
Todo parece indicar que es Ernesto Cordero y nadie más el candidato del presidente Calderón a sucederlo, pero ¿y si no es así? Al parecer, ni Josefina Vázquez Mota, la candidata del Yunque, ni el senador Santiago Creel Miranda parecen llenarle el ojo al presidente, el cual podría tener bien guardada otra carta para el 2012.
Ese “Plan B”, aunque parezca descabellado bien pudiera ser el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, pues ya fue el artífice de la derrota del PRI en el pasado proceso electoral en la entidad, el que venció al que parecía invencible, Mario Marín Torres, y quien logró unificar a todas las fuerzas políticas de la entidad bajo un solo lema “Compromiso por Puebla”.
Más allá de que si existe una buena relación entre el presidente Calderón y el gobernador de Puebla, más allá de que si Felipe Calderón odiaba a Mario Marín, y por eso evitaba en lo posible venir a la entidad, es un hecho que algo debe ver Calderón en la entidad, algo debe de traer entre manos el presidente de la República, para que en 20 días haya estado dos veces en suelo poblano.
Después de todo, tal vez sólo Moreno Valle pueda hacer que su madrina política, la maestra Elba Esther Gordillo, lo apoye en el 2012.
Reconozco que es grande la especulación, como también lo es el hecho de que muchas cosas pueden pasar de aquí al mes de julio del próximo año, pero no se debe de perder de vista el increíble ascenso que el gobernador de Puebla registra en las encuestas nacionales y la exposición mediática que, gracias a su director de Comunicación Social, Norberto Tapia, tuvo a nivel nacional con motivo de sus primeros cien días al frente de la administración de Puebla.
Moreno Valle es una figura joven, preparada, con buena imagen, un perfil muy similar al del gobernador del Estado de México y por si fuera poco tiene una muy buena relación con el grupo Televisa, el cual hoy por hoy, construye o destruye según su conveniencia carreras políticas. Tal vez a esto se deban las constantes visitas de Calderón a Puebla. ¿O no?
Por cierto, este día el presidente Calderón vuelve a Puebla para firmar con Elba Esther Gordillo un acuerdo más para la calidad educativa.
Rivera se anota un punto a su favor
El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez se anotó un punto a su favor ayer, al llegar a un acuerdo con su homólogo de San Andrés Cholula, para poner punto final a la eterna discusión que mantenían sobre los límites territoriales.
La añeja disputa que enfrentó al menos a los últimas seis administraciones de ambos municipios, podrá llegar a su fin a través de la propuesta que presentaron ayer Eduardo Rivera y Miguel Ángel Huepa, la cual ya la habíamos adelantado con mucha anticipación en este mismo espacio.
A muchos no les habrá podido gustar la decisión de los ediles, pero sin duda que es una ansiada solución a un problema que había sido evadido, que incluso en el sexenio de Melquiades Morales le costó más de un millón de pesos —de ese entonces— a Puebla, el contratar los servicios del despacho del desaparecido Ignacio Burgoa Orihuela, quien simplemente se limitó a “lavarse las manos” en el asunto.
Las visitas de Calderón

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