El Gobierno de México expresó su postura, a través de una nota diplomática enviada a Estados Unidos, ante la intención de Estados Unidos de establecer bases militares en su territorio fronterizo para frenar la migración irregular, confirmó la presidenta Claudia Sheinbaum.

"Es una decisión de ellos, autónoma de su propio territorio, pero que esperamos que no traspase la frontera" y siga "la misma colaboración que ha habido hasta ahora en materia de seguridad", dijo Sheinbaum en rueda de prensa desde el Palacio Nacional de la Ciudad de México.

Reconoció que, si bien no se tiene claridad sobre el objetivo específico de la operación militar estadounidense en la frontera, a México lo que le interesa es que el país vecino del norte se conduzca bajo "respeto" y "coordinación", que no afecte a la población por una posible violación a los derechos humanos.

La mandataria recordó que este tipo de despliegues militares en la frontera común ya han ocurrido en otras ocasiones.

Sheinbaum subrayó que el Gobierno de México mantiene el principio de atender las causas estructurales de la migración, además de reiterar que la cooperación bilateral debe centrarse en soluciones de fondo y no solo en medidas de contención.

Insistió en que el Gobierno mantiene comunicación constante con su par de Washington para evitar cualquier afectación a los mexicanos.

La prensa estadounidense difundió esta semana con base en fuentes de autoridades que se evalúa establecer una base militar en la frontera con el propósito de controlar la migración irregular hacia territorio de Estados Unidos.

Señaló que la medida es parte de la Orden Ejecutiva difundida el pasado 12 de abril que autoriza el despliegue de militares a lo largo de más de 1.000 kilómetros de la frontera común con México.

Según la prensa estadounidense, el Gobierno del presidente Donald Trump consideró para dicha base militar la transferencia al Ejército de Estados Unidos de unas 45.000 hectáreas.