El Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), con sede en Ginebra, ha registrado por primera vez la transmutación de plomo en oro en su Gran Colisionador de Hadrones (LHC).
Este logro, obtenido mediante el experimento ALICE, representa un avance significativo en la física nuclear.
“Los núcleos de oro emergen de la colisión con una energía muy elevada y golpean el tubo del haz del LHC o los colimadores en varios puntos aguas abajo, donde se fragmentan inmediatamente en protones individuales, neutrones y otras partículas. El oro sólo existe durante una pequeña fracción de segundo”, explicó la organización científica.
Aunque la conversión de elementos pesados en otros mediante desintegración radiactiva es conocida desde el siglo XX, esta es la primera vez que se cuantifica la transmutación de plomo en oro mediante colisiones cercanas entre núcleos de plomo.
El oro generado existe solo por una fracción de segundo antes de desintegrarse en otras partículas.
Este experimento no solo demuestra la posibilidad de convertir plomo en oro en condiciones controladas, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre los procesos nucleares y la formación de elementos en el universo.