Más de 1,000 baristas de Starbucks en 75 tiendas de Estados Unidos han iniciado una huelga desde el domingo pasado para protestar contra un nuevo código de vestimenta impuesto por la empresa.

La medida, liderada por el sindicato Starbucks Workers United, ha generado un debate sobre la identidad laboral y los derechos de los trabajadores. 

A partir del 12 de mayo, Starbucks implementó una política que exige a sus empleados usar camisas negras lisas y pantalones caqui, negros o de mezclilla azul. La empresa argumenta que esta medida busca destacar su icónico delantal verde y ofrecer una experiencia más uniforme y acogedora para los clientes. 

Sin embargo, los trabajadores critican la falta de consulta en la implementación de esta política. Paige Summers, supervisora de turno en Maryland, expresó: “Starbucks ha perdido el rumbo. En lugar de escuchar a los baristas que hacemos la experiencia posible, se enfocan en detalles irrelevantes”. 

El sindicato ha presentado una queja ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, alegando que la empresa no negoció colectivamente el nuevo código de vestimenta.

Aunque Starbucks proporcionó dos camisetas negras gratuitas a cada empleado, muchos consideran que esto es insuficiente, especialmente para quienes trabajan múltiples turnos semanales.

La empresa ha minimizado el impacto de la huelga, afirmando que menos del 1% de sus trabajadores han participado y que más del 99% de sus tiendas en EE.UU. permanecen abiertas.

Esta protesta se produce en un momento en que Starbucks enfrenta desafíos financieros, con cinco trimestres consecutivos de disminución en ingresos.

El nuevo CEO, Brian Niccol, ha lanzado la iniciativa “Back to Starbucks” para revitalizar la marca, que incluye simplificar operaciones y mejorar la experiencia del cliente. 

El sindicato insiste en que cualquier cambio en políticas laborales debe ser negociado colectivamente y ha reiterado su disposición al diálogo. Mientras tanto, las protestas continúan como una forma de exigir que se escuche la voz de los trabajadores en las decisiones corporativas.