El gobierno de Estados Unidos ha elogiado a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, por su decisión de no responder con aranceles a las medidas comerciales impuestas recientemente por la administración de Donald Trump.
En contraste, el primer ministro de Canadá, Mark Carney ha anunciado la imposición de aranceles del 25 por ciento sobre importaciones estadounidenses valoradas en 155 mil millones de dólares, como represalia a las tarifas impuestas por Estados Unidos.
Carney también expresó su intención de coordinar esfuerzos con la presidenta Sheinbaum para abordar conjuntamente las políticas comerciales de Washington.
La administración de Sheinbaum ha enfatizado la importancia del diálogo y la cooperación para resolver disputas comerciales, evitando medidas que puedan escalar las tensiones y afectar las economías regionales.
Esta estrategia ha sido bien recibida por Estados Unidos, que ve en la postura mexicana una oportunidad para mantener abiertas las vías de negociación y minimizar el impacto en las cadenas de suministro norteamericanas.
Mientras tanto, Canadá ha optado por una respuesta más contundente, implementando aranceles en represalia y buscando formar un frente común con México para enfrentar las políticas arancelarias de Estados Unidos.
Carney ha subrayado la necesidad de una acción coordinada entre los socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para defender los intereses económicos de la región.
La situación actual refleja las complejidades de las relaciones comerciales en América del Norte y la diversidad de estrategias adoptadas por México y Canadá en respuesta a las políticas de la administración Trump.
Mientras México apuesta por la diplomacia y el diálogo, Canadá recurre a medidas más directas, evidenciando las distintas prioridades y enfoques dentro del marco del T-MEC.