El secretario de Transporte de Argentina, Juan Carlos Schiavi, presentó hoy su renuncia por motivos de salud y cuando se cumplen dos semanas de la tragedia ferroviaria que dejó 51 personas muertas y más de 700 heridas.

Schiavi era uno de los funcionarios más cuestionados por el choque ferroviario, ya que la secretaría a su cargo debía realizar los controles correspondientes a las empresas concesionarias de trenes para garantizar la seguridad del servicio.

Además, el día de la tragedia, el funcionario ofreció una desafortunada conferencia de prensa en la que responsabilizó, en parte, a las propias víctimas por colmar los dos primeros carros del tren, los cuales fueron los que quedaron más destruidos.

"Hay una costumbre muy argentina, y es que los primeros dos coches del tren estaban atiborrados de gente, porque todos se agolpan para salir primero", dijo Schiavi, lo que provocó una fuerte indignación.

También trató de dar explicaciones sin sentido al advertir que si el choque del tren contra el tope de fin de la vía en la Estación Once se hubiera producido un día antes del 22 de febrero pasado, que era feriado, el saldo no hubiera sido tan grave.

Desde el día de la tragedia, la posición política de Schiavi quedó muy debilitada y se dio por un hecho su despido del gabinete, el cual se postergó porque hace una semana tuvo que ser operado de emergencia del corazón.

Pese a permanecer internado, el juez Claudio Bonadío, quien está a cargo de la investigación del accidente, emitió una orden para impedir la salida del país del secretario de Transporte y del dueño de Trenes de Buenos Aires, Claudio Cirigliano.

De esta manera, Schiavi queda fuera del gobierno, bajo investigación judicial y con un delicado estado de salud por sus problemas coronarios.