Desde la reanudación de las hostilidades el 18 de marzo, tras la ruptura del alto el fuego entre Israel y Hamás, el Ministerio de Sanidad gazatí ha reportado un total de 2,799 personas fallecidas y 7,940 heridas debido a los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza.
Entre las víctimas se encuentran numerosos civiles, incluidos mujeres y niños. Uno de los ataques más mortales ocurrió en el campamento de refugiados de Yabalia, donde al menos 50 personas perdieron la vida.
Además, hospitales como el Indonesio y el Europeo de Gaza también fueron blanco de bombardeos, resultando en múltiples víctimas, incluidos niños enfermos que esperaban evacuación médica. El País
La situación humanitaria en Gaza se ha deteriorado gravemente debido al bloqueo total de ayuda impuesto por Israel. Más del 90% de las plantas de agua no están operativas, y al menos 57 niños han muerto por desnutrición.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras y la ONU han denunciado una posible “limpieza étnica” y advierten sobre condiciones que podrían constituir un genocidio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que Israel no detendrá su ofensiva en Gaza hasta que Hamás sea completamente derrotado, incluso si se liberan más rehenes.
Estas declaraciones se producen en medio de negociaciones de alto el fuego y poco después de que Hamás liberara al soldado israelí-estadounidense Edan Alexander. Netanyahu enfatizó que cualquier alto el fuego sería temporal y parte de una estrategia más amplia para destruir a Hamás.
La comunidad internacional continúa expresando su preocupación por la escalada del conflicto y la creciente crisis humanitaria en la región.