Fue ayer en el Club de Empresarios de Puebla cuando el exrector de la UAP, Enrique Agüera Ibáñez, desdobló lo que se puede considerar su campaña a la presidencia municipal de la capital del estado y se asumió como el candidato de la oposición.
Resulta que Agüera eligió al Club de Empresarios para ser el lugar en donde el candidato del PRI a la alcaldía definiera de manera clara su política y se pronunciara a favor de los olvidados, de aquellos cuya voz no ha sido escuchada, de acuerdo con sus propias palabras.
Agüera Ibáñez definió su programa y su política de acción social, en la cual primero están los pobres, los más de 700 mil poblanos, los cuales se encuentran en condiciones extremas y que demandan obras, salud y educación.
Agüera rompió la línea y se autodefinió como un humanista, como un personaje en donde primero está el ser humano y en donde no caben obras o desarrollo, si no está primero el ser humano.
Agüera delineó su programa de gobierno con base en el ser humano, lo cual le acarreó muchas simpatías: el ser humano antes que las obras, antes que todo, habrá mucha obra pública, pero antes habrá trabajo y sobre todo lo que pida la gente.
En este sentido, Agüera Ibáñez se dejó ver como el mejor candidato que ha tenido el PRI en la ciudad de Puebla, antes que la obra, antes que el desarrollo, antes que nada, primero el ser humano.
Enrique Agüera ayer se delineó como un político profesional, pero marcó también de manera clara su línea sobre lo que se ha visto en Puebla, se dejó ver como lo que es: el candidato de la oposición.
Ayer el exrector de la UAP ganó más simpatías en un ambiente adverso, de las cuales nunca jamás pensó, y es que su proyecto humanista subyugó al empresariado poblano, el cual en un principio se mostraba reacio a su oferta política, y al final terminó subyugado y cautivado por el académico, el cual puso el dedo en la llaga y también afirmó que ninguna obra, ningún trabajo, se hará o se realizará sin el consenso de la ciudadanía, la cual está ávida de ser escuchada y tomada en cuenta.
Ayer, Enrique Agüera Ibáñez, desde mi punto de vista, estableció un parteaguas, un antes y un después dentro de su campaña política y eso que esto apenas empieza.