Será el 8 de mayo, en el marco del festejo del 45 aniversario del Club de Empresarios de Puebla, cuando Rosario Robles Berlanga, la secretaria de Desarrollo Social, visite nuevamente Puebla como oradora especial de esta celebración.
La también exjefa de Gobierno del Distrito Federal se volverá a ver las caras con el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle Rosas, quien también está invitado al evento; el encuentro genera un morbo especial.
Desde Puebla se ha encabezado una anticruzada contra el programa estrella del gobierno federal, la llamada Cruzada Nacional contra el Hambre, lo cual adelanté desde hace varios meses.
Robles Berlanga regresará a Puebla no en su mejor momento, luego de los aprietos en los que puso al gobierno federal después del affaire que protagonizó junto con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, acusados ambos de utilizar los programas federales con fines electorales.
El affaire le ha costado tan caro al gobierno federal, que al PAN ya le sirvió como método para poder “chantajear” al presidente Peña Nieto: o cede a los chantajes o se van de la mesa del Pacto por México.
A pesar de haber recibido todo el apoyo por parte del presidente de la República, Robles Berlanga vendrá a Puebla con toda la presión encima, a tres días de que haya iniciado el proceso electoral local y en donde las miradas se centran por supuesto en el trabajo de la Federación, cuando del otro lado tienen también mucha, pero muchísima “cola” que les pisen.
Será muy interesante ver en qué gira el discurso de la secretaria de Desarrollo Social y por supuesto la relación que sostiene con el gobernador del estado, con el cual seguramente compartirá mesa.
Todas las miradas van girar en torno a Rosario Robles en esa visita que realice a Puebla, entidad que se ha convertido en el reducto más importante del panismo nacional, si no pregúntenle al presidente nacional de este instituto político, Gustavo Madero, el cual tiene en Rafael Moreno Valle a uno de sus mejores mecenas.

Revés tricolor
El Tribunal Electoral del Estado de Puebla, el cual al igual que el Instituto Electoral es manejado por el morenovallismo, falló ayer en contra de que el PRI utilice como nombre de su coalición el lema “Mover a Puebla”.
El tema en sí, ya lo había advertido el columnista Arturo Luna Silva, iba a meter en muchos problemas al tricolor y así fue.
El problema para el PRI es que, a sólo seis días para que arranque la campaña el próximo 5 de mayo su coalición no tiene nombre, mismo que deberá de aparecer en las boletas el próximo 7 de julio.
Esto obviamente lo tendrá que resolver a la brevedad el PRI si no quiere perder valioso tiempo peleando en los tribunales. La mejor salida sería registrar otro nombre para la coalición del PRI con el Verde en el estado.
Para mala fortuna del tricolor, si algunos de sus candidatos tenían lista su propaganda para el arranque de campaña el día 5 de mayo, ahora van a tener que cambiarla, lo cual no sólo representa doble gasto, sino el ponerse en la mira del Instituto Electoral con el tema de los topes de campaña.

Hay Esperanza en Zacatlán
Me resulta difícil aplicar los términos unidad e inclusión cuando abordo el tema de candidatos priistas a presidencias municipales o diputaciones locales, sin embargo, aunque muy esporádicos, existen casos específicos como el de la candidata a diputada por tercer distrito con sede en Zacatlán, Esperanza Martínez González. Rodeada de políticos, ha sido el perfil ciudadano de Esperanza el que ha logrado unificar las distintas fuerzas políticas regionales que hay en los nueve municipios y lo está haciendo de una manera que en política debe ser común, es decir, tomando en cuenta el valor que cada liderazgo y representación posee; la medida es inteligente si se toma en consideración que la batalla electoral será sin tregua ni cuartel y que la diferencia la marcará el valor estimativo dado a cada uno de los soldados que estarán al frente.