El pasado 29 de junio escribí en este espacio lo que ayer se dio como un hecho: el gobernador Moreno Valle ordenó el retiro de 220 elementos de Seguridad Pública de Puebla capital; la columna llevó por título: “¿Y la inseguridad?”
“Por ahí alguien ya le vendió la idea al gobernador Rafael Moreno Valle de la necesidad de que retire a los mil 200 elementos de Seguridad Pública asignados al municipio de Puebla, so pretexto de que no se ha firmado el convenio correspondiente con el alcalde Eduardo Rivera Pérez.
”Hay que recordar que este problema no es nuevo, Manuel Bartlett Díaz también contempló la idea con Gabriel Hinojosa Rivero y lo mismo ocurrió en la pasada administración cuando Mario Marín Torres gobernaba Puebla y Enrique Doger Guerrero la capital.
”Y es que los mil 200 elementos asignados al resguardo de la ciudad se suman a los elementos de la Policía Municipal, aunque quien paga los salarios de los primeros es la administración estatal a través de la Secretaría de Finanzas.
”El problema no es menor, ya que en caso de progresar la propuesta, los mil 200 elementos regresarían a servir en otros lugares del estado y Puebla quedaría sin la presencia de este personal, lo que seguramente incrementaría el ya de por si alto índice delictivo que comienza a presentarse en la Angelópolis.
”La propuesta es retirar a los elementos estatales de manera paulatina, de 250 en 250, hasta llegar a los mil 200 y que la Policía Municipal se encargue del resguardo de la capital, con los elementos que egresarán en diciembre de su respectiva capacitación.
”No obstante, la capital y la administración de Eduardo Rivera serían quienes tendrían que pagar el costo de esta medida al tener que absorber en su nómina al nuevo personal, lo que mermaría los ya de por si escasos recursos que tiene la comuna.
”Por si fuera poco, habrá que ver la reacción de los mil 200 elementos asignados en Puebla capital y que tendrían que dejar sus funciones en la ciudad para apoyar acciones en otros municipios del interior del estado.
Otro factor en contra de la medida es que los mil 200 elementos que serían retirados perderían su homologación con los municipales, alrededor de mil 200 pesos mensuales más, ya que un municipal de Puebla gana más que un estatal.
”La decisión no es nada fácil, ya que incluso hay elementos de la Policía Estatal a cargo del ayuntamiento de Puebla que están asignados como escoltas de varios políticos, específicamente algunos expresidentes y expresidentas municipales”. Hasta aquí la larga, pero necesaria cita.
En realidad el retiro de los elementos de la Policía Estatal asignados a Puebla capital tiene como fondo una pugna que reventó entre el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle y el alcalde Eduardo Rivera Pérez, la cual —como todas las añejas rencillas— nació desde la misma campaña.
Para nadie es un secreto que el gobernador Moreno Valle nunca quiso como candidato a Eduardo Rivera, y hoy busca a toda costa ridiculizarlo y exhibirlo como incapaz.
No es culpa de Eduardo Rivera Pérez no firmar el convenio de seguridad, no cuenta con los recursos presupuéstales para hacerse cargo de la policía; vamos, ni siquiera esta contemplado dentro del presupuesto aprobado por el cabildo para este año.
Lo que si es culpa de Rivera Pérez es asumir una posición pusilánime ante la actitud asumida por el gobernador, aunque hay que decir que el alcalde de Puebla no es el único que está en capilla.
En otras entregas ya le hable sobre la pésima relación que tiene el gobernador con el presidente municipal de la segunda ciudad más importante, Tehuacán. Ahí, Eliseo Lezama ha sido objeto de persecución y hasta se habla de una orden de aprehensión en su contra.
Eliseo Zayas, el alcalde de Acatzingo, es otro que está en capilla y al cual no lo puede ver ni en pintura el gobernador, los mismo ocurre con los presidentes municipales de Ciudad Serdán y Atixco.
Curiosamente todos son militantes del Partido Acción Nacional, el cual irónicamente fue el que llevó al poder al hoy gobernador, cosas de la vida.