El arranque de las campañas para renovar las 212 presidencias municipales de Veracruz se vio empañado por una ola de violencia que dejó al menos un candidato asesinado y múltiples ataques armados en diferentes municipios del estado.
El pasado martes 29 de abril, Germán Anuar Valencia, conocido como “Napo” y candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui, fue asesinado por un grupo armado que irrumpió en su casa de campaña alrededor de las 11 de la mañana.
El ataque dejó también cinco personas heridas, entre ellas dos menores de edad. Valencia se preparaba para iniciar su primer recorrido proselitista y no había reportado amenazas ni solicitado protección previa.
Horas después, en Paso de Ovejas, el secretario del Ayuntamiento, Ángel Federico Mota Ramírez, fue víctima de un atentado mientras circulaba en su camioneta por la carretera Veracruz-Xalapa. Aunque resultó herido, logró sobrevivir al ataque.
Estos hechos se suman a una serie de agresiones que han convertido a Veracruz en uno de los estados más peligrosos para los actores políticos.
En los últimos meses, varios aspirantes han renunciado a sus candidaturas debido a amenazas del crimen organizado, y la entidad ha registrado un alto número de homicidios y ataques contra políticos.
La violencia político-criminal en Veracruz refleja un patrón preocupante de inseguridad y deterioro institucional, donde las autoridades locales se ven constantemente amenazadas por grupos delictivos que buscan controlar el poder municipal.
Ante este panorama, organizaciones civiles y expertos han expresado su preocupación por la falta de garantías para una contienda electoral libre y segura, y han instado a las autoridades a implementar medidas efectivas para proteger a los candidatos y fortalecer el estado de derecho en la región.
La situación en Veracruz es un reflejo de la creciente violencia política en México, donde, según datos de Data Cívica, el año 2024 fue el más violento desde que se tiene registro, con un aumento significativo en asesinatos y agresiones contra actores políticos.
Con las elecciones programadas para el 1 de junio, la preocupación por la seguridad de los candidatos y la integridad del proceso electoral en Veracruz continúa en aumento.