La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado sus acciones contra artistas que promueven o glorifican actividades relacionadas con el narcotráfico, enfocándose especialmente en los intérpretes de narcocorridos.
Esta medida busca revocar las visas de aquellos músicos que, a través de sus presentaciones o canciones, difunden mensajes que exaltan a grupos criminales considerados terroristas por el gobierno estadounidense.
Un caso reciente es el de la banda mexicana Los Alegres del Barranco, cuyos miembros vieron sus visas revocadas después de proyectar imágenes de Nemesio Rubén "El Mencho" Oseguera, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante un concierto en Jalisco.
Esta acción provocó indignación pública y llevó a investigaciones por parte de las autoridades mexicanas para determinar si la banda estaba promoviendo la violencia. El CJNG ha sido designado como una organización terrorista por la administración Trump.
El entonces embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, expresó en la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter) que, aunque es un firme creyente en la libertad de expresión, esta no debe estar exenta de consecuencias. Afirmó que lo último que se necesita es dar la bienvenida a personas que ensalzan a criminales y terroristas.
Esta postura se enmarca en una estrategia más amplia de la administración Trump para combatir la "narcocultura" en la industria musical.
En los últimos dos meses y medio, se han retirado más de 800 visas a individuos acusados de promover actividades de grupos terroristas o criminales, incluyendo a estudiantes pro-palestinos y otros extranjeros de países específicos.
El debate sobre los narcocorridos ha cobrado relevancia en México, donde este género musical, que a menudo romantiza la vida de los capos del narcotráfico, ha ganado popularidad.
Mientras algunos artistas defienden estas canciones como un reflejo de la realidad de muchos jóvenes, otros sectores de la sociedad las critican por glorificar la violencia y el crimen organizado.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha sugerido promover alternativas musicales más responsables socialmente, en lugar de censurar directamente el género.
Sin embargo, la reciente acción del gobierno estadounidense subraya las posibles repercusiones internacionales para los artistas que optan por interpretar narcocorridos, especialmente en lo que respecta a su capacidad para presentarse en Estados Unidos.