El ex dictador Manuel Antonio Noriega, quien de hecho gobernó Panamá entre 1983 y 1989, regresó hoy a su país, extraditado de Francia, para ser traslado a la cárcel El Renacer para pagar varias condenas de prisión.
Noriega, nacido el 11 de febrero de 1934, escribió en el anuario cuando se graduó de la preparatoria que pretendía ser psiquiatra o presidente, aspiraciones que de alguna manera logró cuando se mantuvo hasta 1989 como el hombre fuerte del país del Canal.
Tras permanecer casi 22 años en cárceles de Estados Unidos y Francia, Noriega fue extraditado este domingo desde París a Panamá, para cumplir con varias condenas de prisión, tres de ellas de 20 años cada una, por asesinato.
El gobierno panameño requirió a Noriega por los casos del asesinato del médico Hugo Spadafora ocurrido en 1985 y del mayor Moisés Giroldi en 1989. En ambos expedientes, el ex general fue condenado en ausencia a 20 años de cárcel.
Criado en un hogar humilde en el barrio de El Terraplén, cercano a la Presidencia, Noriega se graduó del Instituto Nacional para partir en 1958 a estudiar en la Escuela Militar de Chorrillos (Perú), donde empezó a trabajar para la agencia del espionaje estadunidense.
“El Cara de Piña” como se le conoce en su país, es considerado un hombre de pocas palabras y cuidadoso de lo que dice –de hecho en 22 años nunca ha profundizado sobre varios temas, Noriega ingresó a la Guardia Nacional donde con lealtad e información logró escalar posiciones.
A raíz de la lealtad guardada al caudillo Omar Torrijos Herrera, quien en 1968 llegó el poder por un golpe de Estado, Noriega fue ascendido a teniente coronel encargado en 1970 de los servicios de inteligencia, para seguir incrementando su caudal de poder.
De estatura baja, de tez trigueña y con una cara marcada por la viruela –de ahí su apodo de “cara de piña”-, Noriega logró en 1983 convertirse en general y ser nombrado jefe de las temibles Fuerzas de Defensa de Panamá (FDP).
Aunque asumió el poder total en 1983, los biógrafos de Noriega –un amigo de brujos y hechiceros- señalan que su poder lo empezó a acumular en su carácter de espía nato cuando recogía información de distintas fuentes y personajes.
Por acumular información, entre los panameños existe la incógnita sobre lo que Noriega pueda decir ahora, pero el dirigente civilista adverso, Aurelio Barría, dijo que el no hablar pudo ser la razón por la que en Estados Unidos pagó cárcel sólo por 17 años.
Pero a medida que acrecentaba su poder asimismo empezó a desmoronarse su reinado, aunque pasaron varios años para ello, desde 1985 se acumulaban las denuncias de que estaba involucrado en el narcotráfico y el lavado de dinero.
Noriega, con tres hijas, llegará a Panamá con 77 años de edad, y con dos derrames cerebrales a cuestas que le han provocado dificultades físicas.
Durante su régimen, caracterizado por la persecución de políticos y el cierre de diarios y radioemisoras, acuñó la frase “a los amigos plata, a los indecisos palo y a los enemigos plomo”.
Bajo la consigna “Ni un paso atrás”, Noriega enfrentó en los últimos días de su gobierno de facto las presiones de Estados Unidos para dimitir, aunque al final, Washington lanzó la operación Causa Justa para derrocarlo el 20 de diciembre de 1989.
Noriega pasó 17 años de cárcel en Estados Unidos hasta el 9 de septiembre de 2007 pero permaneció preso hasta el 26 de abril de 2010 cuando fue trasladado a Francia, donde purgó hasta el 1 de octubre pasado siete años de cárcel por lavado de dinero.
Ahora Noriega, enfrentará al menos tres condenas de cárcel de 20 años cada una, aunque con la posibilidad de obtener prisión domiciliaria por tener más de 70 años, pese al rechazo de sus opositores.