La agencia Fitch Ratings ratificó este miércoles la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva estable, respaldada por una política macroeconómica prudente, finanzas externas sólidas y una economía grande y diversificada. No obstante, advirtió sobre riesgos significativos en el panorama económico, entre ellos, un bajo crecimiento y deficiencias en gobernanza.
Fitch alertó que la actual desaceleración económica podría agravarse por un giro agresivo hacia el proteccionismo comercial en Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. A pesar de ello, la agencia considera que el impacto no deteriorará de manera prolongada la solvencia del país y confía en que el gobierno de Claudia Sheinbaum mantendrá sus objetivos de consolidación fiscal.
La calificadora señaló que México es particularmente vulnerable ante cambios en la política arancelaria estadounidense, dado que las exportaciones al país vecino representan cerca del 27% del PIB. Entre los sectores más afectados destacan el automotriz y el manufacturero, mientras que la incertidumbre limita el potencial del nearshoring.
En el ámbito fiscal, Fitch destacó que el gasto social, los megaproyectos, el alza en intereses y las pérdidas operativas de Pemex han elevado los requerimientos de financiamiento del sector público al 5.7% del PIB en 2024, un nivel que el gobierno busca reducir a 3.9% este año con recortes en inversión pública.
Aunque Fitch reconoció que una reforma fiscal estructural no está descartada, subrayó que la administración actual sigue apostando por medidas de administración tributaria. La calificación podría deteriorarse si la deuda pública continúa creciendo rápidamente o si se materializan pasivos contingentes de Pemex. En contraste, una mejora dependería de una trayectoria descendente de la deuda, mayores ingresos y un mejor entorno para la inversión y el crecimiento.