La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25 por ciento a la importación de vehículos y autopartes amenaza con golpear de lleno a uno de los sectores más importantes de la economía poblana.
Con más de 65 mil empleos directos y un impacto del 43.4 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) estatal, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) la industria automotriz es el corazón manufacturero de Puebla.
Sin embargo, la nueva política comercial estadounidense pone en jaque a empresas, trabajadores y proveedores que dependen del comercio con su principal socio: Estados Unidos.
Volkswagen y Audi, en la mira
El estado es sede de dos de las armadoras más importantes del país: Volkswagen, en Cuautlancingo, y Audi, en San José Chiapa.
Solo en 2024, Volkswagen exportó 231 mil 138 vehículos a Estados Unidos, lo que representó el 71 por ciento de sus exportaciones totales, según datos de la misma empresa.
Modelos como el Jetta, Taos y Tiguan son de los más vendidos en el mercado norteamericano.
Audi, por su parte, también depende en gran medida de los envíos al vecino del norte.
Sin embargo, con los nuevos aranceles, se estima que el precio de estos modelos podría aumentar hasta en 12 mil dólares para los consumidores estadounidenses, lo que impactaría la demanda y reduciría la producción en Puebla.
El golpe no solo afectaría a las plantas ensambladoras, sino a toda la cadena de valor.
Actualmente, en el estado operan 347 empresas relacionadas con la fabricación de equipo de transporte, de las cuales 344 son proveedoras que abastecen a las grandes armadoras.
Para muchas de estas compañías, la pérdida de contratos con las automotrices significaría una crisis sin precedentes.
El riesgo
El sector de autopartes en Puebla venía en crecimiento. En 2024, la producción aumentó un 30 por ciento, generando 2 mil empleos adicionales. Sin embargo, la política de Trump podría revertir esta tendencia.
Las consecuencias serían devastadoras si las exportaciones se reducen, ya que las automotrices podrían recortar turnos de producción o, en el peor de los casos, despedir trabajadores.
Empresas proveedoras que dependen de estos contratos podrían enfrentar cierres, afectando miles de empleos indirectos.
El gobierno federal ha reaccionado con el llamado “Plan México”, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, que busca fortalecer la producción local y reducir la dependencia de importaciones.
Se espera que esta estrategia genere 1.5 millones de empleos en cinco años y ayude a mitigar el impacto de los aranceles.