Si algo ha demostrado la administración morenovallista es tener un hambre de revanchismo que difícilmente se puede saciar.
Puebla esperaba tener un estadista, un hombre con altura de miras, más allá de odios y rencores, lamentablemente creo que no ha sido así y es una lástima porque Rafael Moreno Valle, al menos en el papel, reunía todas las condiciones para serlo.
Paradójicamente, uno de los peores errores que el hoy gobernador ha cometido se centra en su política de comunicación social, la cual no comunica nada. El mandatario estatal ha pagado y ha pagado bien por publicitarse en los medios de comunicación nacionales, privilegiando por encima de todos a las televisoras, a la cuales le ha dado todo y a manos llenas.
El gobernador Moreno Valle está en plena libertad de promoverse en donde quiera y con quien quiera, eso nadie lo juzga, como tampoco el que hoy haya medios locales afines al morenovallismo, también están en su derecho de ser beneficiarios de las bondades del gobernador. Los medios que hemos asumido una actitud crítica ante la administración estatal también estamos en nuestro derecho, dentro de lo que marca el propio ejercicio periodístico y nuestra libertad de expresión.
Desde el inicio de esta administración una de las primeras medidas que se tomaron fue la de aprobar cambios a la ley para despenalizar el delito de difamación y calumnia, y sancionarlo ahora por la vía civil. Medida que llevaba una tremenda “jiribilla”, ya que además sancionaba como daño moral, “el efecto que se le pudiera causar a los sentimientos de la persona afectada”. La presión mediática que se ejerció hizo que los diputados locales dieran marcha atrás en la medida y se estableció como máximo una sanción de 80 mil pesos, ya que la iniciativa enviada por el Ejecutivo dejaba en libertad a los jueces para imponer una sanción a su libre albedrío.
Pero el revanchismo no se quedó ahí, los medios críticos han sido objeto de todo tipo de presiones por parte de quien ejerce el Poder Ejecutivo en la entidad, quien no duda en exhibirlos y descalificarlos con el apelativo de “medios marinistas”, que repiten una y otra vez sus “corifeos”. Su departamento de Comunicación Social —reitero— no comunica nada, se dedica a intrigar, a descalificar y a exhibir.
Está bien que transparenten la relación de los medios de comunicación social con la pasada administración de Mario Marín Torres, pero que exhiban todo, que no se reserven nada, pues se van a llevar muchas sorpresas.
Muchos de los que hoy llaman a Marín “Gober precioso” y se les llena la boca de descalificaciones, se llenaron la bolsa del dinero que ese personaje les dio, y se exhiben como lo que son: verdaderos mercenarios de la pluma. Detestaban a Marín, pero no detestaban su dinero. Si no pregúntenle a Javier Sánchez Galicia cuántas vidas no cambió.
En el afán de descalificar recurren constantemente al pasado, si se dan cuenta ya va casi año y medio de la nueva administración y los resultados tan cacareados no llegan.
Hablan de una nueva relación con los medios de comunicación y mantienen los mismos vicios del pasado, como el desayuno de hoy con el señor gobernador, como en los viejos tiempos.
En el colmo del cinismo, se niegan a transparentar su relación comercial con los medios de comunicación tanto locales como nacionales, sólo ven “la paja en el ojo ajeno” y, parafraseando a su propio vocero, “los vientos de la transparencia” nada más no soplan por ese lado.
Feliz día de la Libertad de Expresión y buen provecho.

“La libertad cuesta muy cara y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.” (José Martí)