Créanme que aunque así parezca, la realidad es que las pifias legislativas cometidas por los diputados locales no obedecen a la ignorancia en esa materia, sino a su conducta sumisa a las indicaciones emanadas de Casa Puebla.
Tanto la Ley de Ingresos, como la reforma a la Ley del ISSSTEP fueron enviadas al Congreso desde Casa Puebla para su absoluta e inmediata aprobación.
Pese a su empeño en negar su sumisión, su conducta los delata y los exhibe no solo como obedientes, sino como ineficientes e ignorantes.
Fuentes del interior del Congreso revelan que hubo diputados que externaron —en privado— su inconformidad hacia la orden suprema debido a las implicaciones legales que tendrían la aprobación de estas dos leyes.
Aunque en tribuna solo José Juan Espinosa se atrevió a cuestionar esas iniciativas, en lo oscurito lo hicieron otros más.
Lamentablemente, el miedo que hoy le tienen al Ejecutivo los llevó a doblar las manos y aprobar sendos proyectos.
A dos semanas de distancia, los diputados locales deberán recular para enmendar la Ley de Ingresos por el cobro indebido por los trámites que generen las peticiones de acceso a la información, y por otro lado serán los culpables de todos los amparos que demuestren la inconstitucionalidad de la Ley del ISSSTEP.
No me cabe la menor duda que, en su íntima intimidad, los diputados rumiarán su coraje sabiendo que tienen que afrontar este tropiezo por su entreguismo a ultranza.
Ojalá que esto les sirva para que cuando reciban nuevas órdenes, antes de levantar el dedo primero consulten la Constitución.
Es lo menos que podríamos esperar de estos señores.
El timing morenovallista
Como medida salvadora, la persecución en contra de los funcionarios marinistas no solo sirvió para ganar bonos de la ciudadanía, sino para desviar la atención sobre diversas pifias gubernamentales y cuestionamientos mediáticos.
Sin el impacto que generaron tanto la detención de Alfredo Arango como las órdenes de aprehensión de otros funcionarios del sexenio pasado, las notas periodísticas publicadas en medios nacionales y locales que exhiben los excesos de la actual administración estatal, seguramente hubieran causado serios estragos.
Hay que reconocer que el buen timing del gobernador Moreno Valle, aunado al cochinero que dejó el extinto gobierno, le han permitido sortear sus escándalos sin daños profundos en la imagen de su administración.
Sin estos enormes distractores las noticias sobre el derroche millonario por la promoción de la imagen del gobernador, los gastos excesivos en la remodelación de Casa Puebla, el contrato de 130 millones de pesos para la organización de los festejos del 5 de Mayo, la inconstitucionalidad del cobro de derechos por acceso a la información y la ilegalidad de las reformas a la Ley del ISSSTEP hubieran provocado serios daños al grupo morenovallista.
Lo difícil será tener siempre un as bajo la manga para utilizarlo cada vez que se aproximen las verdaderas tormentas y tener la visión para canjearlo a tiempo, sobre todo porque los crecientes golpes mediáticos publicados en la capital del país hacen pensar que a Moreno Valle ya lo tienen en la mira.
Por lo pronto, la misión de salir airoso de las crecientes denuncias periodísticas por los constantes excesos se antoja complicada, pero quienes viven endiosados por el “Señor de los Cerros” juran que podrá con eso y más.
Veremos y diremos.
Otra pifia legislativa

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