El gobierno de Rafael Moreno Valle evalúa la instalación del teleférico en el municipio de Zacatlán, al no haber aún proyecto definido para la nueva ruta, que iría al estadio Cuauhtémoc, la cual carece de atractivo turístico, revelaron fuentes de la Secretaría de Transportes (ST), por lo que se estudia el proyecto de más de 200 millones de pesos sea finalmente construido en el municipio serrano, en la zona de la barranca.
Hasta el momento no existe un proyecto en concreto para el recorrido para la zona del estadio, por lo que los trabajos que se hacen en la explanada del Cuauhtémoc no tienen nada que ver con el teleférico, según afirmaron las mismas fuentes.
Asimismo, se supo que la empresa constructora y la misma ST desistieron del juicio de amparo que tenían entre sí, para poder continuar con los trabajos sin problemas legales, aunque aún están pendientes otros juicios.
Mientras tanto, se trabaja a marchas forzadas para desinstalar la torre del teleférico ubicada en la zona de los fuertes de Loreto y Guadalupe, que debe estar abajo antes del tercer informe de gobierno del mandatario Rafael Moreno Valle Rosas.
En un recorrido de Intolerancia Diario por la zona se comprobó el desmantelamiento de sólo una de las estructuras, mientras que en la ubicada a un lado del Centro Expositor está cubierta totalmente por lonas que anuncian el informe del gobernador.
Sin embargo, se ve entrar y salir a trabajadores, además de que se escuchan martillazos y diversos sonidos de trabajo al interior de las lonas donde alguna vez estuvieron los sellos de clausura del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En la torre dos llegaron en dos ocasiones funcionarios de la Secretaría de Obras del ayuntamiento de Puebla; solicitarán el proyecto del nuevo trayecto, el cual fue negado por su inexistencia.
El desmantelamiento
Las fuentes de la ST detallaron que la orden es que la estructura “desaparezca” antes de que se realice el tercer informe de labores del gobernador a unos cuantos metros, en el Auditorio de la Reforma.
Pero no ha sido nada fácil para los trabajadores de la empresa constructora desmantelar las cientos de toneladas de vigas de acero que formaban la torre dos del teleférico, lo que les ha costado varias semanas de trabajo.
Por ejemplo, los obreros tardaron más de una semana en poder quitar una base de concreto de más de 45 centímetros de grueso, que soportaría el peso de la estructura y teleférico, la cual quedó desintegrada. Asimismo, se tuvieron que desmantelar cuatro pisos o bloques pieza por pieza, debido a que la grúa no podía trabajar a esa altura por el peso, lo que la hizo no sólo tardadas, sino hasta peligrosas las maniobras.
Pero desde este lunes sólo quedan nueve pisos o bloques para desmontar de los 12 que había, los que podrán ser bajados completos cada uno por las enormes grúas apostadas a un lado de la estructura, lo que hará más rápido el desmantelamiento.
Los obreros además tienen que desoldar las estructuras en puntos específicos y de manera casi quirúrgica para que pueda ser reutilizado el material, sobre todo las pesadas vigas de acero.
Mientras tanto, continúan los trabajos en la torre ubicada a un lado del Centro Expositor, que sí autorizó el INAH para que permaneciera en la zona histórica y que será utilizada como terminal en caso de que se apruebe la nueva ruta hacia el Cuauhtémoc.
Sin embargo, se ha bloqueado la visibilidad al interior al colocarse enormes lonas con las leyendas de promoción del tercer informe de labores del mandatario.
Se supo que en caso de que sí se haga el trayecto hacia el Cuauhtémoc, se tendría que desmantelar también la estructura, ya que tendría que estar orientada de manera inversa para poder soportar el peso. Al estar siendo edificado con el proyecto hacia el centro de la ciudad, el soporte mayor está hacia esta dirección, lo que tendría que cambiarse, con el fuerte gasto que esto también implicaría.
Aunado a este problema, el poco atractivo turístico es otra de las trabas para que continúe el proyecto en Puebla y sea mejor trasladado a Zacatlán, en la zona conocida como La Barranca, que tiene fuertes posibilidades de albergar al teleférico.
Procesos legales
Por su parte, el secretario general de Gobierno, Luis Maldonado Venegas, negó que el desmonte de las torres del teleférico sea ilegal. Los abogados del Comité Defensor del Patrimonio Histórico, Cultural y Ambiental de Puebla y la Fundación Manuel Toussaint aseguraron que cualquier movimiento en las estructuras es una irregularidad porque los juicios de amparo aún no han sido resueltos.
Pero Maldonado Venegas afirmó que ya que desistió del proceso jurídico, refiriéndose al INAH y al gobierno del estado. Además de que los amparos interpuestos por el Comité Defensor del Patrimonio Histórico, Cultural y Ambiental de Puebla y la Fundación Manuel Toussaint quedarían sin materia.
El funcionario estatal reveló que se está redefiniendo y reorientando la nueva ruta conforme al acuerdo al que llegaron con el INAH, aunque no ha terminado de precisarse la traza. “Técnicamente se están haciendo los estudios para determinar con precisión el trazo, el desmontaje se lleva a cabo conforme a derecho”, agregó.
El abogado Lucio Ramírez Corona señaló que al desmontar la estructura es una ilegalidad, ya que está suspendido el procedimiento del juicio de amparo, lo que corresponde a una violación a la suspensión del acto reclamado, siendo un incidente de violación: “La asesoría que le dan no es la adecuada o se la dan a conveniencia, recordemos que nuestro juicio de amparo defiende cinco torres del teleférico ubicadas en determinados lugares, la Casa del Torno, el Servicio Valdés, la del cerro, la del centro INAH y la del Centro Expositor.
”Legalmente, como nuestro amparo protege cinco torres, si alguna de esas cinco torres sigue en pie, la resolución de amparo sobre eso se va a resolver. A lo mejor se van cuatro líneas, que son las que están modificando y sí el juzgado ya no puede decir nada porque ya no hay un acto reclamado, porque ya lo modificaron.
”Pero en este caso, la del Centro Expositor tiene pecado original, porque sigue en la zona de monumentos decretada en el 79. Entonces, nuestros juicios de amparo siguen de pie, están esperando una sentencia, puede ser que salga favorable, puede ser que no.
”Recordemos que el INAH, durante la tramitación del juicio de amparo, un ratito le da la razón a ellos, un ratito de este lado; al instituto no le crean nada, ellos son políticos y tienen conveniencias, ahorita dicen que sí pero luego mejor no. Nosotros ya solicitamos la licencia con el acuerdo de la modificación de trazo, donde autorizaron poner una torre en la zona de monumentos.
”Los juicios van a tener una audiencia constitucional y una sentencia, aunque se haya modificado, aunque ya se modificó, una torre sigue dentro de la zona de monumentos. Mientras una torre siga en la zona de monumentos, no se vale llegar a un acuerdo y ya se acabó, así no funciona la ley. Nosotros seguimos en la postura de pelear esa última torre. Una vez que todo esté fuera de la zona de monumentos, ya no vamos a tener vida legal y se acabará todo, pero mientras se quedé, como se llegó al acuerdo, se sigue teniendo la vida jurídica.
”Ahorita los amparos siguen con materia en las cinco torres. ¿Por qué? Porque nadie le ha informado al juzgado este cambio de trazo, ni el INAH ni el gobierno, por eso nosotros dudamos de la supuesta existencia, porque hoy en día nadie ha dicho del cambio de trazo.
Lo que están haciendo es ilegal pero, como nos conviene, no hemos hecho nada, hasta hoy en día el juzgado no sabe nada del cambio de trazo ni se ha informado nada y, mientras no se les diga, el juicio se va a resolver sobre las cinco torres, y aunque les digan si sigue una en la zona de monumentos, el amparo va a seguir con toda su fortaleza que con las cinco”, concluyó.
El permiso
En diciembre, Intolerancia Diario entrevistó a Juan Manuel Reyes Ortega, jefe del departamento de Trámites y Servicios Legales del centro INAH Puebla, quien señaló que aún estaban en espera del proyecto del cambio de trazo que presente el gobierno de Puebla.
El funcionario federal explicó que aún no retirarían los sellos de clausura, sino que todo dependía del proyecto que presentaran las autoridades estatales, para informar al juez que llevaba el caso y este, a su vez, determinara lo conducente.