La reforma a la ley laboral aprobada por los diputados federales, es un verdadero desastre, es una regresión en niveles del trato a la fuerza de trabajo equivalente a los que existía en la Constitución mexicana antes de establecer el artículo 123, relacionado con el trabajo, aseguró el analista económico Huberto Juárez Núñez, quien agregó que se trata de un albazo político del gobierno federal a la clase trabajadora, previo acuerdo entre los partidos al servicio del Poder Ejecutivo.
Los cambios constitucionales, señaló el académico de la máxima casa de estudios del estado de Puebla, es el golpe de gracia del presidente saliente, Felipe Calderón Hinojosa, mal llamado presidente del empleo, “es una iniciativa que se dictaminó y aprobó en un lapso brevísimo de 30 días”.
Y aunque la propuesta de ley todavía debe pasar por la Cámara de Senadores, el investigador, afirmó que los cambios anunciados, implican también modificaciones y supresiones a una de las leyes más importantes del país, la ley federal del trabajo, “la más importante en términos sociales, porque detrás está la regulación de la riqueza del país, ahí está la base económica que permite o no permite, que el país salga adelante”.
Juárez Núñez lamentó que los legisladores neoliberales, con la mano en la cintura, aplican un procedimiento que ni siquiera está terminado de normar, pero lo más grave, agregó, es que la iniciativa del todavía presidente Calderón Hinojosa, afecta los tres principios básicos de la ley: El ingreso, la permanencia y la promoción de los trabajadores en sus centros de trabajo.
Los 3 aspectos, agregó, fueron modificados para facilitar los procedimientos para la contratación, para la utilización de la fuerza de trabajo y para regular los ascensos con criterios de productividad, “ahora, los patrones tendrán una ley que les permite de diversas maneras, manipular la fuerza de trabajo”.
En la parte del ingreso, destacó el economista, están los salarios por hora que se pagarán, donde los nuevos empleados no podrán negociar su salario, “es poner de una manera muy grosera, la relación entre lobos y ovejas, las cuales no tendrán ninguna posibilidad de negociar su oferta de trabajo y más bien, se echará a andar la capacidad de mercado, para establecer los precios.
En el rubro de la permanencia, agregó Huberto Juárez Núñez, el asunto es más complicado, porque abre una cláusula que permite una competencia tremenda entre los trabajadores, “porque la figura outsourcing está aprobada en este nivel”.