Una tragedia conmocionó este jueves tanto a Estados Unidos como a España, luego de que un helicóptero turístico Bell 206L-4 LongRanger IV se estrellara en el río Hudson, en Nueva York, provocando la muerte de sus seis ocupantes: una familia española y el piloto.
Según informó The Telegraph, poco después del despegue el piloto alertó por radio que estaba falto de combustible y que necesitaba regresar a la base para repostar.
“El piloto llamó para avisar de que estaba aterrizando y que necesitaba combustible”, declaró Michael Roth, director ejecutivo de New York Helicopter Tours, empresa operadora de la aeronave.
El helicóptero, que había sido arrendado a Meridian Helicopters, una compañía con sede en Luisiana, cayó desde una gran altura y a gran velocidad. Imágenes del accidente muestran cómo el aparato se desploma mientras partes del rotor y otros fragmentos se separaban en pleno vuelo. Todos los ocupantes fallecieron en el impacto.
A bordo viajaban Agustín Escobar, expresidente y consejero delegado de Siemens España, su esposa Mercè Camprubí Montal, nieta del expresidente del F.C. Barcelona Agustí Montal, y sus tres hijos de 4, 5 y 11 años. La familia se encontraba en Nueva York para celebrar el cumpleaños de uno de los niños.
La noticia ha generado consternación a ambos lados del Atlántico. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, expresaron públicamente sus condolencias.
También el presidente de EE. UU., Donald Trump, lamentó la tragedia en su red Truth Social: “Terrible accidente de helicóptero en el río Hudson… Dios bendiga a las familias y amigos de las víctimas”.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha iniciado una investigación para esclarecer las causas del siniestro.
De acuerdo con medios estadounidenses, la aeronave ya había sufrido incidentes anteriores, incluyendo una grave avería en Chile en 2010 y otra en Nueva Jersey en 2015, relacionadas con piezas no aptas para el vuelo.
Asimismo, la operadora New York Helicopter había protagonizado otros incidentes, entre ellos un amerizaje de emergencia en 2013. En 2019, se declaró en bancarrota tras las restricciones impuestas por el Ayuntamiento de Nueva York a los vuelos turísticos.