Más de 800 mil cabezas de ganado bovino ingresan ilegalmente cada año por la frontera sur de México, alertó Álvaro López Ríos, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), quien denunció la complicidad entre asociaciones ganaderas y el crimen organizado en este contrabando que genera recursos por hasta 360 millones de pesos anuales.
El líder campesino advirtió que esta actividad ilícita afecta gravemente el trabajo fitosanitario, perjudica a los productores nacionales y representa un serio daño fiscal para el país. “Esto ha permitido la propagación de plagas como el gusano barrenador, detectado en noviembre de 2024”, declaró.
López Ríos pidió la intervención urgente de la Fiscalía General de la República, al tiempo que criticó la inacción de las oficinas regionales en los estados fronterizos. También exigió medidas estrictas para frenar la entrada ilegal de ganado y propuso reactivar la Planta Productora de Moscas Estériles en Tuxtla Gutiérrez, así como construir una nueva instalación como parte del Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (Dinesa).
La situación se agrava con la reducción del 42% en el presupuesto de Senasica, organismo clave en la vigilancia sanitaria, lo que, según López Ríos, compromete años de avances en sanidad agroalimentaria y pone en riesgo el mercado de exportación, especialmente tras el cierre de la frontera estadounidense al ganado mexicano.