Ante el agravamiento de las protestas en el centro de Los Ángeles por las redadas de ICE, la alcaldesa demócrata Karen Bass declaró estado de emergencia y estableció un toque de queda nocturno para contener actos de vandalismo y saqueo.

Se vigilará de 8 p.m. a 6 a.m. en un perímetro de aproximadamente 2.5 km², delimitado por las autopistas I-5, I‑10, I‑110 y el río. La zona coincide con los vecindarios con mayores incidentes violentos.

Permanecerán exentos los residentes del área, personas en situación de calle, trabajadores esenciales, medios acreditados, fuerzas del orden y servicios de emergencia.

La medida se activa tras el ataque a 23 negocios, grafitis masivos y el desbordamiento de violencia nocturna, incluyendo bloqueos en la autopista 101.

En la primera noche del toque de queda, se registraron 197 arrestos, incluidos 67 por bloqueos en la autopista 101.

Se desplegaron unidades de la policía montada, patrullas del LAPD y sheriffs, bajo un mando unificado, respaldados por cientos de agentes adicionales del condado y el estado.

El toque de queda ocurre en el contexto de la llegada de más de 4 mil efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines, enviados por el gobierno de Trump para respaldar las detenciones migratorias.

El gobernador Gavin Newsom calificó el despliegue militar como un “asalto a la democracia” y aseguró que la presencia federal en la ciudad es innecesaria.

Las protestas iniciaron el 6 de junio, tras redadas masivas de ICE que causaron la detención de decenas de migrantes.

A lo largo de cinco días, las manifestaciones derivaron en confrontaciones con gases lacrimógenos, balas de goma, bloqueo de autopistas y manifestantes que colgaron lienzos con leyendas como “Fuck Donald Trump” y “Muerte a la policía” .

La medida busca restaurar la seguridad en la zona central antes del Mundial de Fútbol 2026, según Bass, mientras las cuadrillas municipales retiran grafitis y reparan espacios dañados .

La alcaldesa indicó que el toque de queda podría extenderse varios días, según la evolución de los disturbios. Mientras tanto, se esperan nuevas protestas con posible presencia militar continua. A nivel estatal, California mantiene demandas legales para frenar el despliegue federal.