Este martes 27 de mayo de 2025, España marca un hito tecnológico al apagar las últimas 661 centralitas de cobre que aún estaban en funcionamiento para servicios de telefonía fija y ADSL.

Con este paso, se completa el proceso de desmantelamiento de la red de cobre, que durante más de un siglo fue esencial para las comunicaciones en el país.

La red de cobre de Telefónica llegó a contar con más de 8,500 centrales activas. El fin del servicio para el mercado minorista se produjo hace poco más de un año, y hoy se apagan las últimas 661 que aún estaban operativas para el negocio mayorista.

Telefónica ha liderado el cierre del cobre en Europa con el apagado de la red de cobre en España.

La transición hacia la fibra óptica ha sido impulsada por las ventajas tecnológicas que ofrece: mayor velocidad, estabilidad, menor consumo energético y menor necesidad de mantenimiento.

Una sola central de fibra puede prestar servicio al mismo número de accesos que cuatro de cobre. Además, la fibra no tiene el problema del cobre, cuya velocidad de conexión disminuía en función de la distancia respecto a la centralita.

El proceso de migración comenzó en 2009, cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó el análisis de mercados mayoristas de banda ancha, estableciendo las condiciones para que Telefónica pudiera cerrar sus centrales de cobre.

El primer cierre visible se dio en 2014, con las centrales de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y Torrelodones (Madrid). Desde entonces, el proceso se intensificó progresivamente, con una pausa en 2020 debido a la pandemia de coronavirus.

España se posiciona así como uno de los líderes mundiales en despliegue de fibra óptica, con más de 31 millones de hogares conectados. Solo Islandia y Corea del Sur superan esta cobertura en relación con su población.