El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció un alto el fuego unilateral de 72 horas en Ucrania, que se extenderá desde la medianoche del 7 al 8 de mayo hasta la medianoche del 10 al 11 de mayo.

La medida coincide con el 80º aniversario del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi y se presenta como un gesto humanitario.

El Kremlin instó a Ucrania a sumarse a la tregua, pero advirtió que responderá de manera "adecuada y eficaz" si Kiev la viola. ​

Desde Kiev, el ministro de Relaciones Exteriores, Andrii Sybiha, cuestionó la demora en el inicio del alto el fuego y afirmó que, si Rusia realmente desea la paz, debería cesar las hostilidades de inmediato y por un periodo mínimo de 30 días.

La Casa Blanca, por su parte, expresó escepticismo ante la medida. La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, señaló que el presidente Donald Trump busca un alto el fuego permanente, no gestos simbólicos. 

Analistas internacionales consideran que la tregua podría ser una estrategia de Moscú para mejorar su imagen ante la comunidad internacional, sin comprometerse a una resolución definitiva del conflicto.

El gobierno ruso ha reiterado su disposición a entablar negociaciones de paz sin condiciones previas, pero mantiene exigencias como el reconocimiento de territorios anexionados y la "desnazificación" de Ucrania.

El anuncio de la tregua se produce en un contexto de estancamiento en las conversaciones de paz y de presiones internacionales para alcanzar una solución duradera al conflicto que ha dejado miles de muertos y desplazados desde su inicio en 2022.