El Banco de México (Banxico) anunció que transferirá a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) un remanente de operación por 17,994.8 millones de pesos, correspondiente al ejercicio fiscal de 2024.

Esta entrega, que debe realizarse a más tardar el 30 de abril, marca la primera vez en siete años que el banco central transfiere recursos de este tipo al gobierno federal.

El monto representa apenas el 0.05% del Producto Interno Bruto (PIB) y es significativamente inferior a las expectativas de algunos analistas, quienes anticipaban una cifra superior a los 100,000 millones de pesos.

La última vez que Banxico entregó un remanente fue en 2017, cuando transfirió más de 321,000 millones de pesos durante la administración de Enrique Peña Nieto

Según los estados financieros dictaminados de 2024, Banxico registró un resultado neto de 836,766.8 millones de pesos.

De este total, 737,539.8 millones se destinaron a amortizar pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores, y 81,232 millones se asignaron a la reserva de capital.

Expertos financieros han señalado que este remanente tiene un impacto limitado en las finanzas públicas. Gerónimo Ugarte, economista en jefe de Valmex Casa de Bolsa, advirtió que los remanentes de utilidad del Banco de México no deben considerarse como una solución permanente para los desafíos fiscales del país, sino que únicamente pueden ofrecer un alivio temporal. 

Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, coincidió en que el bajo monto del remanente no contribuye significativamente a la consolidación fiscal, aunque tampoco debería afectar, ya que no se tenía contemplado en la Ley de Ingresos.

Siller enfatizó que la consolidación fiscal debe lograrse mediante la reducción del gasto público y/o el incremento de los ingresos presupuestarios. 

De acuerdo con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, al menos el 70 por ciento de los recursos transferidos por Banxico deben destinarse a la amortización de la deuda pública contratada en ejercicios fiscales anteriores o a disminuir el monto de financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario. ​

En un contexto de desaceleración económica y alto déficit fiscal, este remanente, aunque simbólico, representa un ingreso extraordinario para el gobierno federal.

Sin embargo, los analistas coinciden en que no debe considerarse una solución estructural a los desafíos fiscales que enfrenta el país.​