La noche del jueves 10 de abril quedó marcada por la tragedia en Santiago de Chile, cuando dos jóvenes —una de 18 años y un menor de 13— murieron en las inmediaciones del Estadio Monumental, antes del partido entre Colo Colo y Fortaleza por la Copa Libertadores. Una de las víctimas fue atropellada por un vehículo policial y la otra falleció tras quedar atrapada bajo una reja en medio de una avalancha.

Según denunciaron testigos y familiares, el hecho ocurrió cuando Carabineros del Control de Orden Público intentaron dispersar a una multitud de hinchas que buscaban ingresar al estadio, presuntamente sin entradas. El uso de un carro lanzagases, conocido como “zorrillo”, provocó el atropello de la joven, identificada como socia del club. “Tenía entradas, no venía a colarse. Les echaron la culpa y los atropellaron”, declaró Bárbara Pérez, hermana de la víctima.

A pesar del conocimiento que tuvo la CONMEBOL sobre los hechos, el partido se llevó a cabo con normalidad hasta el minuto 72, cuando hinchas de Colo Colo invadieron la cancha en protesta por la represión policial y la decisión de no suspender el encuentro desde el inicio. La Conmebol sólo emitió un mensaje en redes sociales lamentando el fallecimiento de los jóvenes.

Fuera del estadio continuaron las protestas y la indignación crece por lo que muchos califican como una jornada de represión injustificada y falta de sensibilidad por parte de las autoridades y los organizadores del torneo.