El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recomendó, con carácter de urgente, al ayuntamiento de Puebla iniciar acciones más drásticas pero necesarias, como el desalojo obligado de las familias que viven en por lo menos 100 casonas del Centro Histórico en peligro de derrumbe por las fuertes lluvias de las últimas semanas.
El principal motivo para hacer esta recomendación es que al menos se encuentran en riesgo 80 familias, más indigentes, que habitan estos inmuebles, pues es grave la situación de riesgo de seguridad en la que viven.
Aunque por ley no hay ninguna facultad para desalojar a las familias, ésta puede activarse una vez que se compruebe que el riesgo es inminente para la vida de los que habitan las casonas.
A decir del perito del INAH Sergio Vergara Berdejo, esta acción de desalojo es prácticamente inminente porque se encuentra en riesgo la seguridad de los habitantes de estos inmuebles, ya que la falta de mantenimiento de estos edificios, que en su mayoría han sido abandonados por sus legítimos propietarios, garantizan que en esta temporada de lluvias pueda ocurrir una desgracia mayor como heridos o muertes por un techo o barda caídos.
Vergara Berdejo aseguró que actualmente son más de 100 los edificios en los que la delegación, en coordinación con la dirección de Protección Civil municipal, ha mantenido operativos de revisión estructural, prácticamente todos los días, desde que se incrementó el nivel y potencial de las lluvias.
Indicó que con las lluvias de los últimos días se incrementó el riesgo de un colapso, es decir, el derrumbe de bardas o techos de casonas antiguas, y confirmó que por lo menos son 80 las familias, así como indigentes, las que habitan estos lugares.
El principal problema, destacó, es el hecho de que en casi todos los casos se trata de personas que, ante la falta de un lugar para vivir de manera adecuada, buscan refugio de manera irregular en edificios que están en su mayoría destruidos por el paso del tiempo y donde no tienen que pagar una renta.
Aseveró que, por lo menos, habita una familia en cada uno de los 100 edificios, sin importar que se encuentre en ruinas, pues la mayoría son personas que invaden estos espacios sin importar el estado en que se encuentran y arriesgando su propia vida.
Incluso, se estima que en 50 por ciento de estos puntos las familias que habitan estos lugares se han instalado de manera irregular, de ahí la importancia de que en estos momentos las autoridades contribuyan con el inicio de un proceso de investigación para detectar, por medio del Registro Público de la Propiedad, los últimos y legítimos dueños de estos inmuebles.
“Yo creo que aquí tenemos que empezar a hacer acciones más drásticas por seguridad; las casas que ya están muy mal, ahí sí ya tenemos que entrar; hay un problema, hay casas que están en ruinas, entonces a gente se mete a esas ruinas, entonces tú sacas a la gente y la gente regresa a invadir ese tipo de construcciones.”
El funcionario federal explicó que actualmente realizan recorridos de supervisión en la zona del Centro Histórico en por lo menos 100 casonas que se encuentran en riesgo de un derrumbe, pues cuentan con techos saturados de basura y de hierba, con muros humedecidos, y que en cualquier momento se genera un desplome tanto al interior como al exterior.
“Seguimos mandando las notificaciones a los propietarios de estas casonas, y que muchos ni están pero sí hay gente en la parte interior y con eso por lo menos ver la posibilidad de que los inquilinos sepan poner un hule, tapar una gotera y ver un peligro, o que se salgan.”
Aseveró que a diario se tiene comunicación con la dirección de Protección Civil municipal y en algunos casos con la dependencia estatal para ir monitoreando el estado de estos inmuebles y evitar un problema mayor.
El perito del INAH detalló que por lo menos son cinco las camionetas que están patrullando estas zonas que, junto con dos arquitectos del INAH, están monitoreando estos lugares y que en el momento de hacer recorridos y detectar algún desperfecto se acordona el área para iniciar con procesos preventivos de resguardo de estas casonas.
Sin embargo, Vergara Berdejo reiteró que si bien las lluvias representan un problema, el mayor riesgo es en temporada de secas, ya que el material al secarse tras muchos días y semanas de permanecer mojado se comienza a convertir en polvo, lo que incrementa la posibilidad de un derrumbe más grave.
De ahí la importancia de que haya inversionistas que se interesen en intervenir estas construcciones antiguas, ya que es la única manera de seguir resguardando estos lugares para “revivirlos”, pero también para evitar un derrumbe.
Vergara Berdejo manifestó que es importante conocer el total de los propietarios, ya que la dependencia federal no puede intervenir espacios privados, pues se correría el riesgo de ser acusados de invasión de propiedad privada.